sin ningún destino
sin rumbo
en aquel vacío al que llamamos vida.
Sobrevivía en el espacio
contemplando aquella infinidad de estrellas.
Pensaba en aquel astro
al que poder llegar.
El lugar
donde te sientes cómodo
donde te sientes feliz
donde te sientes
como si volvieras a casa.
Y sin buscarlo,
En medio de aquel maravilloso firmamento
apareció.
Aquel planeta
que a la vida pedía cada noche.
Tienes la felicidad en frente
sonriéndote
sin querer que te vayas.
Viene
te besa
hasta llegar al cuello,
donde te abraza.
Con fuerza
con pasión
como una niña cuando no quiere que te vayas.
Expresando
que te quiere
que te ama.
Y sonríes,
la felicidad está en ti.
La miras
apoyada en tu pecho
pensando en que
no la dejarás ir,
la cuidarás,
la darás todo aquello que no tuvo,
todo lo que mereció
y se merece.
La claridad del futuro
cada vez está más clara.
Déjame ver el valor que tienes como mujer,
hasta que las arrugas del tiempo
lleguen a nuestros rostros
mientras te repito
lo bonita que eres.
Y la miras como si el mañana no existiría.
Aprecias cada pequeño detalle de su rostro.
Te das cuenta
de que te enamoraste de su mirada
de su sonrisa
de sus pecas...
Sabes que ahí,
en ese pequeño espacio
que hay entre los dos;
donde te sientes a gusto
donde te sientes feliz
donde te sientes a ti mismo.
Es el lugar correcto.
La escuchas reír,
hablar
llorar...
Y no quieres irte.
Y después de eso
viene el abrazo;
sientes paz
tranquilidad
y comprendes
porque tus miedos se van.
La contemplas
como si de una obra de arte se tratara.
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Hoy hace un buen día
pero yo no me siento como él.
¿Porqué voy al revés del mundo?
Quizás
en mi interior
llueva,
este nublado...
Un día grisáceo
un día de invierno.
Y me pregunto;
¿Quién quiere esos días?
Nadie quiere que llueva
nadie quiere frío
nadie quiere no ver entre la niebla.
Las calles se muestran vacías,
no hay reflejo en los charcos.
Allí estoy,
mojándome,
abrazándome la frialdad del ambiente,
sin ver nada.
Pero no todo el mundo lo evita,
la naturaleza es agradecida,
brillando con cada gota.
Esa flor
me hizo sonreír.
Iluminando un poco mi día.
Pero es solo imaginación,
es solo sentimiento
no la realidad.
Dentro de mi
aquella flor,
intenta iluminar aquella oscuridad.
Pero algo le falta,
algo añora.
No siento.
No muestro.
Ayer
es igual que hoy.
Hoy
igual que ayer.
Y mañana
no lo sé.
Mírame.
¿Qué es lo que ves?
Nada;
responde el silencio.
Estoy vacío.
Estoy roto.
Intento llorar
pero no lo consigo.
Se queda ahí,
en la garganta
en el pecho.
No me deja respirar.
Me ahogo.
Y poco a poco
muero.
Adiós
me digo.
Adiós
me responde el silencio.
